martes, 9 de septiembre de 2008

Sed


Bebo el agua que se me escapa seca por la piel.

Antes, era la piel la que bebía por mí.
¿Aquí, qué pasa? no hace calor...
Surcos blancos en los pies, los codos y los labios.
Una piquiña dolorosa que se enfurece enrojecida
cubre mi cuerpo de anfibio tropical
y amenaza con arrugarlo.

Pienso en el Yunque y en las cremas hidratantes
de Victoria's Secret.
En el babote de Guánica y playa sucia.
En el coppertone spf 45 que me acompaña siempre,
pero ya no.

Siento la carne cremosa del coco
y en mi abuela que no la puede evitar.
¡qué's eeeeso!
En el árbol de Panapén que no sobreviviría donde estoy yo,
por eso Abuelita es su guardián,
la ejecutora de esos tostones mágicos.

Saboreo el Johnny Walker con aguecoco...
!toma Diantia pruébalo a ver sistá bueno!
del abuelo, mi abuelo que está entero.
La guayaba con to'y gusanos,
el mangó con to'y pepa y el aguacate verdecito
que parece una bola de futball americano.

Todo mojadito y caribeño. Empapa'o, entripa'o.

Aquí a lo más que aspiro es a que cuando llueva,
si algún día llueve,
no se me queden pegadas las gotas como cristalitos,
que resbalen y se metan en mí...
a ver si rellenan ese vacío, cada vez es más hondo,
más difícil y menos tolerante,
que sólo la dinga y la mandinga saben erradicar
Al fondo oigo a Palés:
Puerto Rico: Burundanga

Una foto vale más que mil palabras...