miércoles, 24 de febrero de 2016

Un año...




Hace un año escribí esto. Creo que ya estoy lista... 

Día 1

6am escucho a Elena y la ducha está corriendo. Omar se ducha, quizás está llorando, no sé... Yo trato de repasar el día, la mañana... A qué hora hay que salir de la casa, ¿a dónde vamos? En algún lugar de mi cabeza está la idea de que Omar se va a Dallas hoy y no tiene billete de vuelta. Elena está balbuceando otra vez. Me levanto y entro a la habitación y ella está parada en la cuna, feliz y hermosa como siempre. Se me hace ahora obvio que Omar se levante a sacarla de la cuna todas las mañana y me la deja en la cama para lactarla. Cambiarle el pañal no importa porque ella es feliz y es lo mejor que me ha pasado en el día... Y aun tengo lagañas en los ojos. Hoy papá estaba en la ducha y no la levantó, me tocó a mí, qué placer. 

Mañana también me tocará a mí. Omar no la escuchará, solo yo. Elena lo extrañará al despertarse y yo sentiré el corazón de Omar romperse un poco cada mañana en la que yo vaya a atenderla... No sé si ella espera a papá... Yo creo que sí. 

Omar se fue. Me fui al trabajo... Regresé a casa en la tarde... Una casa vacía, con rastros de vida, la cama deshecha.. El fregadero sucio... Las cajas... Las cajas amontonadas, abiertas, 30 cajas. Las paredes vacías... El cuarto de mi nena vacío... Las paredes que pintamos entre malas barrigas y mariposas son todo lo que queda de la ilusión de tenerle un nido de amor a nuestro retoño... La casita. La casa desmontada... Y finalmente lloré cuando recogí su lado de la cama... Vacié el vaso de agua que siempre se lleva al lado de la cama para poder dormir y que siempre se queda medio lleno... Recogí la crema que maniáticamente se pone dos veces en las manos antes de dormirse. Lloré un poco... Quizás lo que más me permití llorar... Me dolió el pecho... Están llenas de leche... No me he sacado leche hoy y Elena tomó un biberón que entonces está esperando a salir ... Recogí la cuna de mi bebé. Se la
Llevaron. Su cuna se la llevaron hoy. El cuarto en el que aprendí a lactar, a dormir con un ojo abierto y una bebé en la teta. El cuarto que huele a casa está vacío, la cama está vacía. Papá no está... Esto es muy fuerte... Las cajas. 

Una foto vale más que mil palabras...