miércoles, 4 de febrero de 2009

Fotosíntesis


Finalmente me siento a escribir en mis margaritas abandonadas a ver si no se marchitan tanto como yo.

¿Cómo hacemos los caribeños para vivir fuera de nuestro trópico de Cáncer? Quizás soy sólo yo, que también soy cangrejo de mangle y hoja de palmera. Estos meses el Sol va saliendo más tiempo cada día pero las nubes en estas latitudes mediterráneas no dejan que seres como yo hagamos nuestra muy necesitada fotosíntesis. No es sólo por la vitamina D que necesitamos todos, sino porque este Sol de mentira que se asoma 3 horas diarias, cuando no llueve, no me da ni para borrar el barrunto constante que tengo en los hombros y mucho menos para calentar el tuétano helado de mis pies. He tenido que recurrir a darme largas duchas de agua hirviendo y aún así me tiemblan los dientes al acostarme.

Dicen que Sevilla es una ciudad con un clima envidiable en invierno pues hay ciudades mucho más hostiles, Sevilla sólo se desquita de sus habitantes en verano. Sabiendo que mi hermano está bajo un metro de nieve no me debo estar quejando mucho. Por lo cual compro mis plantitas y siempre me inclino por las tropicales. Sí, tengo un coco florecido en mi salón y una bromelia sin coquíes al lado de la mesa del comedor. Trato de reconocerme en ellas y tratarlas como me trato yo misma en esta temporada. Además, sé que en verano lo van a pasar mejor que yo. Poco a poco las tengo que ir sacando al balcón a que cojan Sol directo y hagan su bien merecida fotosíntesis, así como lo necesito yo; les echo agua para que siempre tengan la tierra húmeda y cuido que no les quede un charco en el plato para que no se pudran, con el poco calor que hay, jamás se evaporaría. También tengo una hierba buena, que me dijeron que es de buena suerte, aunque parece más hierba mala pues no la tengo ni que mirar y crece fuera en este tiempo inmundo.
En las mañanas es cuando único entra el Sol en mi casa, Sol que dura un ratito antes de subir demasiado alto en el firmamento o de esconderse tras una nube. Miro mi coco y evito el frío al imaginarme en la playa viendo las hojas verdes y amarillas de las palmas meciédose al ritmo de las olas. Pienso en canciones como "Bajo un Palmar", "Soñando con Puerto Rico" , "Verde Luz" mientras quiero escuchar "Ensillando mi caballo" y conseguirme un guitarra para cantar "Amanecer Borincano". Así, pero sólo de mañana, es que consigo recargar mis energías y hacer fotosíntesis aunque mi piel se ponga cada vez más blanca.


Una foto vale más que mil palabras...