jueves, 2 de febrero de 2012

De fuegos y candelas...

Hoy. Dos de febrero de dos mil doce. Día de la Candelaria. De la Virgen de la Candelaria. Día de quemar arboles de Navidad... según me cuentan mis recuerdos de la infancia. Pero hoy es un día diferente, un semestre nuevo y un camino nuevo. Ahora resulta que trabajo a 100km de mi casa y los recorro de lunes a jueves por la autopista. Subo una montaña y la bajo a las millas. Subo la montaña y cuando bajo me encuentro un arbolito de naranja perenne que se burla de mi efímera existencia humana y me anuncia el cambio de paisaje. Cruzo la piquiña y el paisaje se consume. Se vuelve otro país el mío y las montañas se tornan oscuras y amarillas. Hoy. Dos de febrero de dos mil doce. Día de la Candelaria. De la Virgen de la Candelaria se estaba quemando la tierra desde Salinas hasta Ponce. 

El paisaje del dos mil doce en las montañas del sur se resume en paja, fuego y candela. En tierra hecha carbon que nunca se extingue. Doy gracias a Dios todos los días por acompañarme en el viaje hacia mi trabajo, con el que, de lunes a jueves, me gano el cielo... o eso intento. Le doy gracias porque me ha obligado a que mi peor defecto... el pensar demasiado... tenga que ser puesto en revisión... en pausa... a prueba. Gracias porque las dos horas largas que paso en el carro todos los días dejaron de ser un infierno que me abrasaba a 75 grados farenheit según termostato de mi carro y se han vuelto en remanso de paz y reflexion saludable. Aún hay días en los que mi cerebro hierve con pensamientos excesivos... racionalizaciones ad infinitum... pero días como hoy #triunfo. Días como hoy arde la tierra y no yo... ni mis orejas, que a veces anuncian tragedias inventadas por mis neuronas. 

Hoy. Dos de febrero de dos mil doce. Día de la Candelaria. De la Virgen de la Candelaria. Hoy la carretera olía a carbón y no a hule. Los policías miraban el fuego y se veían impotentes... insignificantes. Hoy el arbolito de naranjas infinitas anunciaba fuego. El aire...dentro a 75 grados farenheit... fuera entre 70 y 86... aire seco y perfecto para quemar mis pensamientos antes de que lleguen a mí. Antes de que vengan a joder y antes de que vengan a quitarme la paz. El aire seco que esparce el fuego desde el Km 70 hasta el 99 y aire fresco que anuncia vida en la tierra que abona. 

Hoy hemos quemado todo... cosas... pecados... alegrías alternas... vidas imposibles... libros... mártires... vírgenes... putas... perros... ideas... lo hemos dejado todo fuera del carro y puesto la radio para que habite nuestras palabras y piense por nosotros. Para pensar tenemos tiempo. Ahora todos los días me levanto y me propongo no pensar en lo innecesario y esa es mi lucha... una al día... un día a la vez... día tras día.  

2 comentarios:

Karla dijo...

Dianita Bonita... te recomiendo The Power of Now by Eckhart Tolle.
Me enseño a no pensar...
Un abrazo. Karla

edmaris dijo...

Hace 2 años un Día de la candelaria yo firmaba los papeles más liberadores de mi existencia. Este año, un día de candelaria escribí una carta importante, una despedida caliente y terrible, una culminación de algo que estuvo matándome y manteniéndome viva por más de un año, el año que viene el día de la candelaria espero estar celebrando el aniversario de un fuego bonito que hoy me habita.
Está buenísima esta entrada, le quitaría absolutamente todos los puntos suspensivos, estás segura que no eres poeta?
"mis orejas que a veces anuncian tragedias inventadas por mis neuronas". escribe más a ver si me animo. abrazotes.

Una foto vale más que mil palabras...